
La vida de Neale se hunde
por momentos. Sin trabajo, sin familia, sin hogar… Ya sólo le faltaba romperse el cuello en un accidente de circulación
para tirar la toalla y acabar en un camping para indigentes dejado de la mano de Dios. Será esta situación límite donde Neale
tendrá que decidir entre dos opciones: abandonarse a su mala suerte o reencontrarse así mismo y buscar, donde haga falta,
las respuestas que le proporcionen la fuerza necesaria para comenzar de nuevo.