La película narra la vida y peripecias de una niña de 12 años en las calles de Medellín, para rodarla
se contó con varios niños de esas mismas calles como actores naturales, que fueron recluídos en una casa durante un año para
poder rodar la película.
Actualmente tan sólo dos de los actores naturales de la película están vivos, y es que desde 1998,
año en que terminó el rodaje de la película, uno tras otros han ido muriendo en esas mismas calles donde se desarrolla la
trama.